Desconexión total: el Gobierno de Boric se acordó de ponerse el pañuelo pro-aborto a meses de abandonar el poder

En un contexto de creciente tensión política y económica, la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) emitió un firme pronunciamiento ante el anuncio del Gobierno de Gabriel Boric de presentar un proyecto de ley para ampliar la legalización del aborto.
Bajo el título “Que toda vida humana sea acogida y cuidada sin excepción”, los obispos reiteraron su compromiso con la defensa de la vida desde la concepción, en un momento en que la gestión de Boric enfrenta críticas por la crisis en el turismo y la economía, a meses de concluir su mandato.
#VoceríaEnMedios | Ministra Etcheverry y proyecto de ley de aborto: "Adelantarse a la discusión ya sea en aborto o en cualquier otra área es injusto con la democracia. Eliminar la discusión de ciertos temas, que impactan en salud pública, es injusto con la democracia". pic.twitter.com/1sutAS3Fmg
— Vocería de Gobierno de Chile (@voceriagobierno) May 27, 2025
El comunicado de la CECh se alinea con su declaración de junio de 2024, cuando el Presidente anunció esta iniciativa legislativa. En él, los obispos expresaron su “profundo lamento” por un proyecto que, a su juicio, “atenta contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana”.
Actualmente, la Ley Nro. 21.030 de 2017 permite el aborto en Chile bajo tres causales: riesgo de vida para la madre, inviabilidad fetal letal y embarazo por violación. Fuera de estos casos, la interrupción del embarazo sigue siendo penalizada.
En este sentido, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, confirmó que el proyecto de ley será ingresado la próxima semana en la Cámara de Diputados, cumpliendo una de las promesas de campaña de Boric.
Sin embargo, la CECh subrayó que “la vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural, posee una dignidad que debe ser siempre protegida”. Citando la declaración Dignitas infinita del Papa Francisco, los obispos afirmaron que todo ser humano es “sagrado e inviolable” y nunca un medio para resolver otros problemas.
Además, la Iglesia cuestionó el argumento del “derecho a decidir sobre el propio cuerpo”, señalando que este no puede desconocer la existencia de otro ser humano “único e irrepetible” que merece respeto. Frente a embarazos en contextos dolorosos, la CECh abogó por una “profunda empatía” hacia las mujeres afectadas, promoviendo acompañamiento y apoyo en lugar de soluciones basadas en la violencia.
En un país marcado por desafíos sociales y económicos, los obispos instaron a no relativizar el valor de la vida, especialmente de los más vulnerables. Retomando palabras de San Juan Pablo II, calificaron el aborto como un “crimen” que ninguna ley puede legitimar, exhortando a los legisladores a asumir su responsabilidad para construir una sociedad inclusiva.
Finalmente, citando al Papa León XIV, la CECh llamó a las autoridades a fomentar contextos que tutelen la dignidad de toda persona, desde el niño por nacer hasta los más frágiles.