¿Resultado? Miles de mujeres buscando empleo sin éxito, atrapadas en un mercado que solo creó 14.500 puestos en un año, la cifra más baja desde la pandemia. Mientras, Boric y su equipo se jactan de "avances" simbólicos: paridad en el gabinete, discursitos emotivos y leyes que suenan bonito pero no cambian la realidad.

¿Dónde están las políticas serias para la conciliación laboral, el fin de la brecha salarial o el apoyo a las mujeres en sectores precarios? En el limbo, como el crecimiento económico.Clapes-UC lo dice claro: el desempleo femenino golpea más duro a las mujeres de 25 a 54 años, ahogadas por la carga de cuidados y atrapadas en trabajos informales o mal pagados.

La informalidad laboral, aunque bajó al 26 por ciento, sigue siendo un lastre, y el desempleo de larga duración (15,8 por ciento) tiene cara de mujer. Boric, en cambio, prefiere enfocarse en nimiedades: iniciativas cosméticas que no atacan la raíz del problema.

¿Reactivación económica? Un chiste. Solo minería y turismo tiran del carro, mientras el resto del mercado se arrastra.Ironía pura: el presidente que se llena la boca con el feminismo no logra que las mujeres tengan trabajo digno.

Su gestión es un espejismo, un show de buenas intenciones que no mejora la calidad de vida. Mientras las mujeres chilenas enfrentan un desempleo de dos dígitos, Boric sigue en su burbuja, creyendo que un tuit salva vidas.