El proyecto, parte del ambicioso Plan Chile sobre Rieles impulsado por Piñera, costó más de 5 mil millones de dólares y fue diseñado para modernizar un puente que llevaba 140 años en pie sin mejoras significativas. Piñera, quien dejó claro que las obras estarían completas para 2027, puso los cimientos de esta renovación, pero Boric intentó subirse al carro del éxito ajeno.

Y los internautas, con la memoria afilada, no se lo perdonaron. “El mejor inaugurador de las licitaciones de Piñera”, escribió un usuario, mientras otro fue más directo: “Con ustedes, el weon más weon de Chile. Gracias presidente Piñera”.

La ironía se desbordó, y el enojo también: “Jamás en mi vida le he escrito a alguien político, pero por favor preocúpate de la delincuencia ya desbordada en nuestro país”, reclamó un votante desencantado.

Mientras el presidente posa frente a proyectos heredados, las críticas en redes reflejan un malestar más profundo: la sensación de que las prioridades del país, como la seguridad, siguen en segundo plano. “Me encanta que inaugures los proyectos de Piñera”, remató otro comentario, destilando sarcasmo.