En una carta directa y sin rodeos, los diputados UDI Guillermo Ramírez y Juan Antonio Coloma le exigieron a Boric y Jara que condenen públicamente el acto. No es para menos: según la UDI, el homenaje es una afrenta que "valida una dictadura despiadada". Y no se quedaron ahí.

Apuntaron directo a Jara, recordando sus palabras de abril, cuando dijo que Cuba tiene un "sistema democrático distinto". Para los gremialistas, esa frase no es más que un intento de maquillar las violaciones a los derechos humanos que, aseguran, han marcado al régimen castrista.

El texto de la UDI es duro: tilda a Castro de "asesino" y "dictador", y reclama una postura clara, sin medias tintas, contra el evento. Según los opositores, no condenarlo es casi como darle un pase libre a las prácticas de represión que han hundido a Cuba en una crisis de derechos y calidad de vida.

Para la UDI, Boric y Jara tienen una deuda ética: pronunciarse no es solo coherencia, es una obligación frente a las "graves vulneraciones" en la isla. La polémica no es nueva, pero esta vez la UDI busca arrinconar al gobierno y al Partido Comunista, al que acusan de mantener lazos sospechosos con La Habana.