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Gran rechazo al Presidente

"La eutanasia atenta contra los débiles": el cardenal Fernando Chomalí le puso un alto a las políticas de Boric

En el Te Deum por los 215 años de Chile, el cardenal Chomalí criticó el proyecto de eutanasia de Boric, defendiendo la vida, la fe, la democracia y la solidaridad como pilares de la nación. (Foto: ChatGPT - IA)

En la catedral de Santiago, con el presidente Gabriel Boric en primera fila, el cardenal Fernando Chomalí no se guardó nada durante el Te Deum por el 215 aniversario de la independencia.

Frente a ministros, parlamentarios, jueces, militares y fieles, el arzobispo soltó un dardo directo al gobierno: el proyecto de ley de eutanasia, en trámite parlamentario, es un atentado contra los más vulnerables, esos que el Estado debería proteger con uñas y dientes.

Chomalí, con tono firme, dejó claro que la Iglesia no se callará. “Chile es laico, pero los creyentes no vamos a quedarnos mudos cuando se amenaza la vida, un bien intocable”, disparó, aludiendo a la iniciativa que promueve el Ejecutivo.

No es la primera vez que la Iglesia alza la voz: ya lo hizo contra las violaciones a los derechos humanos y ahora, según el cardenal, el aborto y la eutanasia son líneas rojas que Boric cruza sin miramientos.

El purpurado estructuró su homilía en cuatro pilares que, dice, sostienen el alma de Chile: familia, fe, democracia y solidaridad. Sobre la familia, insistió en que proteger la infancia es la mejor inversión social. La fe, segundo pilar, une sin distinguir clases y da esperanza. La democracia, que el pueblo valora, exige vigilancia frente a quienes la menosprecian. Y la solidaridad, clave para una sociedad que no deje a nadie atrás, mide el carácter de la nación.

Chomalí también lanzó un desafío: pensar en grande. Propuso un proyecto común que una al país, recuperar la ética como brújula personal y cuidar lo público para fortalecer la confianza en el Estado. “¿Qué Chile dejaremos a las futuras generaciones?”, preguntó, exigiendo líderes honestos y gestos concretos de las autoridades.

Cerró invocando a la Virgen del Carmen, pidiendo amor y cooperación. En un año electoral, su mensaje resuena como un ultimátum a Boric y su agenda. La catedral aplaudió; el gobierno, en silencio, tomó nota.

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