VIDEO | Mujer "desaparecida" por Pinochet vive en Argentina y desata crisis por los registros estatales dudosos

Un verdadero terremoto político sacude al país tras descubrirse que Bernarda Vera, inscrita como víctima de la represión pinochetista, no solo está viva, sino que vive plácidamente en Miramar, Argentina.
La mujer, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en 1973, fue declarada muerta tras un supuesto fusilamiento. Sin embargo, un programa televisivo chileno la encontró en su casa bonaerense.
🇨🇱🇦🇷 | El inédito caso de Bernarda Vera, ex militante del Movimiento Izquierda Revolucionario, que figura como detenida y ejecutada desde 1973 pero que ahora se descubrió que está viva y viviendo en Argentina. pic.twitter.com/aBxIaHEQhr
— Alerta Mundial (@AlertaMundoNews) September 30, 2025
Cuando la cronista le gritó “¿Señora Bernarda?”, ella asintió antes de encerrarse, dejando un reguero de preguntas sin respuesta. El escándalo estalló porque Vera figuraba en los registros oficiales de desaparecidos, lo que permitió que su familia, incluida una hija con discapacidad motora, recibiera una millonaria pensión estatal.
La oposición, con el diputado Jorge Alessandri (UDI) a la cabeza, estalló en críticas: “Son miles de millones de pesos de los contribuyentes malgastados”. Exigen que la Contraloría investigue, apuntando al ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, ex titular de Justicia, por su rol en el opaco manejo del Plan Nacional de Búsqueda.
Un boletín oficial admitió “incongruencias” en los registros de 1973, sugiriendo que la Comisión Rettig pudo errar al certificar la desaparición de Vera, condenada por un consejo de guerra.
Cordero, en un intento por apagar el incendio, dijo que no hay certeza de que sea ella y pidió esperar la investigación judicial. Además, se supo que el Estado tenía pistas desde Suecia, donde Vera habría vivido antes de volver a Argentina, pero no actuó.
Organismos de derechos humanos, como el historiador Pablo Seguel, piden no usar el caso para alimentar el negacionismo, argumentando que la magnitud de la represión explica posibles errores.