Boric y el ocaso del país: educación, infancia y ética se desmoronan bajo un Gobierno sin rumbo ni eficacia

El país desangra lentamente, y el gobierno de Gabriel Boric parece mirar desde la galería, atrapado en su propia retórica. La frase “Chile se cae a pedazos” no es solo un eslogan de la derecha radical que ahora se usa como lema de campaña; es un diagnóstico crudo de un país que pierde su brújula, según el analista político Alberto Mayol.
La educación, la infancia y la ética pública se desmoronan, y las políticas progresistas, más preocupadas por gestos que por resultados, no hacen más que acelerar la caída. La educación, otrora orgullo nacional, es hoy un campo de ruinas.
Chile se cae a pedazos: 6 de cada 10 locales comerciales han sido víctimas de la delincuencia https://t.co/Cr1LEnUb4f pic.twitter.com/4JK41jy9Hm
— GAMBA (@GAMBA_CL) October 6, 2025
Los resultados de PISA 2022 son una bofetada: 412 puntos en matemáticas, 448 en lectura, 444 en ciencias, muy por debajo de los promedios OCDE (472, 476, 485). Países como Grecia (430 en matemáticas) o Polonia (489) nos pasan por encima.
Solo el 44 por ciento de los estudiantes chilenos alcanza competencias mínimas en matemáticas, contra el 69 por ciento de la OCDE. Incluso los colegios de élite, que presumían excelencia, caen: de 485 puntos en 2012 a 460 en 2022. La meritocracia es un espejismo, y Boric no ha sabido revertir esta debacle. Más de 47 mil estudiantes abandonaron el sistema en 2024, y 848 mil tienen inasistencia crónica. Las aulas, inundadas de pantallas, han cambiado el rigor por el ruido.
La infancia, otro pilar roto, sufre abandono sistémico. En 2024, Mejor Niñez reportó 429 ingresos diarios por vulneraciones de derechos, superando los 371 nacimientos diarios.
El SENAME y los servicios locales son burocracias desconectadas, mientras los niños en barrios populares crecen entre violencia y desamparo. Boric prometió cambio, pero su gestión no pasa de discursos. El crimen organizado, alimentado por esta desprotección, se arraiga. Menores de 18 años representan el 43 por ciento de los robos de vehículos.
La corrupción, desde Penta hasta los convenios regionales, completa el cuadro: una élite que negocia la ética mientras Boric se pierde en su afán de “autenticidad”. Chile resiste por su institucionalidad, pero sin dirección, las grietas crecen. En 2024, la inversión récord no tapa el vacío de un proyecto nacional.