La publicación rápidamente generó reacciones, especialmente en los círculos internos del FA. Algunos interpretaron el gesto de Boric como un respaldo implícito a la candidatura de Schonhaut, lo que provocó sorpresa y malestar entre quienes apoyan a otras figuras del partido en la contienda electoral, como la candidatura de la exedil. Esta situación ha intensificado una división preexistente dentro del FA sobre qué figuras respaldar en el distrito.

Además, dentro del FA, se debate si la foto representa una demostración de poder de Boric dentro del partido, especialmente tras el apoyo del alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, a la candidatura de la exedil. En el trasfondo, existe una discusión sobre el rol que Boric debería asumir dentro del FA una vez finalizado su mandato, con algunos abogando por un rol activo y otros prefiriendo dar espacio a nuevos liderazgos.

Las críticas no se limitaron al FA. Otros candidatos oficialistas del distrito 11 también expresaron su descontento. El diputado Tomás Hirsch (Acción Humanistas), que busca la reelección, enfatizó la importancia de la "prescindencia del Presidente para tener una democracia sólida".

Cindy Solís (independiente-PPD) también criticó el gesto, argumentando que "Chile no necesita más amistades políticas, sino más compromiso con la gente y más comunicación, justicia política y coherencia". Solís añadió que "la embestidura presidencial debe y tiene que responder al país, no solo a un grupo de amigos", sugiriendo que Boric debería seguir el ejemplo de expresidentes como Lagos y Bachelet en cuanto a la prescindencia.

Ante las críticas, Schonhaut defendió la fotografía, afirmando que "con el Presidente nos une una trayectoria común impulsando cambios para Chile" y que la imagen es una muestra de su compromiso con el proyecto de gobierno de Boric, un discurso que ha mantenido a lo largo de su carrera.