Las elecciones marcan agenda: el 56 por ciento espera el resultado de las presidenciales para invertir su dinero
La industria chilena pisó el freno. Según una encuesta de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet), un 56 por ciento de las empresas detuvo o postergó inversiones a la espera del resultado de las próximas elecciones presidenciales.
El sondeo, presentado en la Cena Anual por los 87 años del gremio, refleja un ambiente de cautela generalizada y una creciente desconfianza hacia la conducción del Gobierno de Gabriel Boric.
Más del 50% de empresas chilenas pausan varias inversiones a la espera de las elecciones, según Asimethttps://t.co/4I0HpGFfXP
— BioBioChile (@biobio) November 12, 2025
El estudio muestra que un 70 por ciento de los empresarios califica el actual panorama económico como “incierto o muy incierto”, lo que complica cualquier planificación a largo plazo.
Aun así, un 85 por ciento espera mantener o aumentar su crecimiento el próximo año, y un 65 por ciento proyecta un alza promedio del PIB chileno entre un dos y tres por ciento en los próximos cuatro años.
Las prioridades del próximo Gobierno, según los consultados, deberían centrarse en el crecimiento económico y el empleo, seguidos por la seguridad pública y la educación. No es un detalle menor: un 65 por ciento de las compañías considera que la inseguridad tiene un impacto alto o muy alto en su producción.
El presidente de Asimet, Fernando García, fue claro: “Lo que Chile necesita hoy es volver a crecer: con productividad, inversión y empleo formal; sobre la base del esfuerzo, la innovación y la confianza en nuestras propias capacidades”.
El dirigente recordó que la manufactura apenas representa el nueve por ciento del PIB nacional, frente a un promedio mundial del quince por ciento. Y alertó que la pérdida de peso industrial “es un llamado de atención”.
El caso de la Siderúrgica Huachipato, cerrada tras el golpe de las importaciones chinas, marcó un antes y un después. Ahora, la empresa Edyce, con pasivos por más de 33 mil millones de pesos, busca reorganizarse por causas similares: proyectos adjudicados a firmas extranjeras, crisis del sector construcción y costos disparados.
“Chile no puede seguir postergando una estrategia industrial moderna”, insistió García ante los ministros Nicolás Grau y Álvaro García. Pero el mensaje sonó más a advertencia que a propuesta: con un clima empresarial en pausa y un Gobierno sin cartas bajo la manga, la economía chilena sigue esperando señales claras para volver a moverse.







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