Más de una docena de sondeos realizados tras la primera vuelta del dieciséis de noviembre mantienen a Kast como favorito absoluto.

Paradójicamente, la historia parece repetirse al revés: hace cuatro años, él ganó en primera y cayó en segunda frente a Boric; ahora quedó segundo en la primera vuelta, con Jara al tope, pero llega al balotaje con un respaldo demoscópico formidable.

Los números son consistentes. Panel Ciudadano le asigna 50 por ciento a Kast frente a un treinta y 4 por ciento para una Jara que aparece desanimada o desplomada, según se interprete.

Activa muestra una brecha similar: cuarenta y 2 por ciento para el republicano y treinta y 1 por ciento para la exministra, quien reconoció errores apenas supo que enfrentaría un balotaje cuesta arriba.

Cadem, Data Influye, Atlas Intel y Black and White mueven sus proyecciones entre 46 y 53 por ciento para Kast, mientras Jara fluctúa entre 31 y 37 por ciento. Atlas Intel es la más contundente al anticipar que Kast podría rozar casi el 57 por ciento.

Para que el panorama cambie, los indecisos deberían volcarse por completo hacia Jara. La abstención y la duda se ubican entre 13 y 17 por ciento, un grupo que difícilmente alcance para revertir lo que muchos ven como un resultado inevitable.

A horas de la definición, queda la expectativa por los guarismos finales. El último cara a cara se realizó anoche, con opiniones divididas sobre su impacto. Jara llegó sin nada que perder y Kast, simplemente, debía evitar errores.