Esta "pensión" lo unirá a Frei, Lagos y Bachelet, mientras millones de chilenos luchan con pensiones miserables y un sueldo mínimo que Boric mismo llamó "obsceno" en sus días de diputado.

La oposición no ha tardado en alzar la voz. Diputados de Renovación Nacional, Chile Vamos y el Partido Republicano tildan la medida de "blindaje egoísta", amenazando con bloquear la partida si no se elimina.

"Boric blindó por ley permanente sueldos, oficinas, personas y viajes. El mismo que antes pedía recortarlos", fustigó el republicano Cristián Araya, recordando las mociones de Boric en 2016-2021 para bajar dietas parlamentarias y dar "gestos claros" contra la élite política.

En redes, el escándalo explota: memes y hilos virales contrastan sus discursos anti-privilegios con esta "traición" que profundiza la desconfianza ciudadana, ya en mínimos históricos.

El gobierno, en su defensa patética, invoca una "tradición republicana" para resguardar la "dignidad" del cargo.

"No creamos nada nuevo", argumentan, ignorando que esta glosa impide al próximo Ejecutivo –posiblemente opositor– tocar un peso.

Pero la inconsecuencia es palmaria: el mismo Boric que impulsó recortes por "confianzas rotas" ahora se asegura un colchón eterno, mientras su Presupuesto 2026 posterga deudas en salud y vivienda, y deja sin glosa de libre disposición al sucesor.