Hernández Pavón, que recientemente arribó a EEUU, destacó que para él esta biografía de la considerada por muchos la mejor intérprete de la canción cubana, es un acercamiento desde la Historia en el que imbrica aportes documentales hallados en la prensa de la época y confesiones de sus más cercanos.

Calificada también por algunos como la Sarah Vaughan de Cuba, Elena Burke es sin discusión una de las voces femeninas más relevantes de la música popular cubana de todos los tiempos. Tanto su hija como su nieta defendieron desde la humildad, a lo largo de la presentación, el legado de su predecesora, tanto en el ámbito artístico como personal.

"Es una bendición venir de grandes mujeres del escenario, hay artistas muy buenos en discos que cuando los ves en vivo se te quita un poco el endiosamiento que uno les tiene. Yo aprendí viendo a mi madre, viendo cómo reacciona el público y eso yo lo aprendí de ella, y ella lo aprendió de mi abuela. No hay por qué apagar eso, es una escuela demasiado grande y demasiado bonita", dijo Lena Burke en uno de los momentos más emotivos de la noche y detalló que, de pequeña, veía a su abuela "demasiado grande", como una "diosa". "No era una abuelita", sostuvo. Contó también que cierta vez, cuando ella tenía examen en la escuela de música, la abuela le prestó una cadena que siempre usaba como amuleto.

El público, deleitado con las historias hilarantes en torno a la Señora Sentimiento, se mostró interesado también en las conexiones entre la artista y otras grandes de su época como Olga Gillot, Celia Cruz, Omara Portuondo. Más allá de respuestas elaboradas o rumores del mundo del espectáculo, Malena destacó los momentos en que se portaron como hermanas y regaló una potente interpretación de Amigas, una canción que originalmente defendieron su madre Elena, Omara Portuondo y Moraima Secada.

A continuación, personas del público contaron conmovedoras historias que reflejaron el impacto de la música interpretada por Elena Burke en sus vidas. "Oírla es acercarme a mi madre", dijo emocionada una fan, en consonancia con la idea defendida por el autor del libro cuando escribe: "Su nombre está llamado a permanecer con letras de oro junto otras figuras que han prestigiado internacionalmente géneros y estilos que van desde la canción guajira hasta las romanzas de Lecuona, Prats y Roig, pasando por la canción afro, la divertida guaracha, el contagioso guaguancó y el romántico bolero. En este último género, tan longevo y fecundo, se inscriben los principales aportes de esta mujer llamada con justicia, La Señora Sentimiento, aunque el calificativo no refleja la potente voz, la versatilidad y el carisma que les permitieron transitar con éxito por otras modalidades de la música criolla e internacional, fundamentalmente de Latinoamérica, la región del mundo más relacionada con su carrera artística que abarcara sesenta años".