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Gestión diplomática complica apoyo externo

Boric pone en riesgo la candidatura de Bachelet en la ONU con su postura anti-Israel y tensa lazos con Estados Unidos

Las críticas del Presidente a Israel tensionan relaciones con EE.UU., clave en el Consejo de Seguridad, y podrían debilitar la candidatura de Bachelet a la secretaría general de la ONU.
La expresidenta Michelle Bachelet evalúa postular a la secretaría general de la ONU, un anhelo que el gobierno de Gabriel Boric respalda con entusiasmo, destacando su potencial para ser la primera mujer y latinoamericana en el cargo.

Sin embargo, la gestión internacional del mandatario, marcada por su crítica a Israel, amenaza con convertirse en un obstáculo para las aspiraciones de Bachelet, evidenciando una política exterior errática que pone en riesgo los intereses estratégicos de Chile.

Bachelet, quien ya fue Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, confirmó el domingo pasado, tras la Cuenta Pública de Boric, que está considerando la candidatura: "No está descartado, lo estoy pensando". Desde el Ejecutivo se asegura que cuenta con apoyos internacionales y que su perfil se alinea con la intención de la Asamblea General de elegir a una mujer. Sin embargo, la competencia es dura, con figuras como Rebeca Grynspan de Costa Rica y Mía Mottley de Barbados en la carrera.

El principal escollo no está en la región, sino en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde los cinco miembros permanentes —China, EE.UU., Francia, Reino Unido y Rusia— tienen poder de veto sobre la elección del secretario general. Aquí, las decisiones de Boric generan preocupación. Su postura crítica hacia Israel, que incluye medidas que fueron interpretadas como un "boicot" por parte de actores internacionales, ha tensionado las relaciones con EE.UU., un aliado clave.

El senador estadounidense Jim Risch calificó la decisión de Boric como "decepcionante y miope", advirtiendo un impacto negativo en los lazos bilaterales. Por su parte, el embajador israelí en Chile, Gil Artzyeli, alertó que 32 estados de Estados Unidos tienen leyes contra el boicot a Israel, lo que podría derivar en represalias comerciales contra Chile.

Boric, en su defensa, insiste en que su postura responde a "principios y justicia", desmintiendo que las medidas tengan un carácter comercial. En Tele13 Radio, afirmó que su posición en materia de derechos humanos es coherente, citando críticas a países como Venezuela, Nicaragua y Rusia, además de Israel.

Sin embargo, esta retórica no logra disipar las dudas sobre el impacto de su política exterior. En la Cancillería chilena reconocen que las tensiones con Washington, exacerbadas por el intento del secretario de Estado Marco Rubio de contactar a Boric —quien derivó la conversación al canciller Van Klaveren—, podrían complicar el respaldo necesario para la candidatura de Bachelet.

A esto se suma la incertidumbre interna. La candidatura de Bachelet depende del apoyo del gobierno chileno, pero una eventual victoria de la oposición en las próximas elecciones presidenciales podría debilitar su posición.

Además, el exministro Mariano Fernández advierte que la elección de la secretaría general está sujeta a múltiples factores impredecibles, recordando que en el pasado, pese a la preferencia por una mujer, António Guterres asumió el cargo.

La gestión de Boric, lejos de allanar el camino para una candidatura histórica, parece estar sembrando obstáculos. Su enfoque principista, aunque defendido con vehemencia, ignora las complejidades diplomáticas que requiere un objetivo de la envergadura de la secretaría general de la ONU. Chile, una vez más, paga el costo de una política exterior que prioriza gestos simbólicos por sobre el pragmatismo necesario para proyectar liderazgo global.

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